viernes, 14 de junio de 2013

5 poemas de Nicanor Parra 














1
La Poesía Terminó Conmigo 

Yo no digo que ponga fin a nada
no me hago ilusiones al respecto
yo quería seguir poetizando
pero se terminó la inspiración.
La poesía se ha portado bien
yo me he portado horriblemente mal.

Qué gano con decir
yo me he portado bien
la poesía se ha portado mal
cuando saben que yo soy el culpable.

¡Está bien que me pase por imbécil!

La poesía se ha portado bien
yo me he portado horriblemente mal
la poesía terminó conmigo.


2
Que Dios nos libre de los comerciantes... 

Que Dios nos libre de los comerciantes
sólo buscan el lucro personal

que nos libre de Romeo y Julieta
sólo buscan la dicha personal

líbrenos de poetas y prosistas
que sólo buscan fama personal

líbrenos de los Héroes de Iquique
líbrenos de los Padres de la Patria
no queremos estatuas personales

si todavía tiene poder el Señor
que nos libre de todos esos demonios
y que también nos libre de nosotros mismos
en cada uno de nosotros hay
una alimaña que nos chupa la médula
un comerciante ávido de lucro
un Romeo demente que sólo sueña con poseer a Julieta
un héroe teatral
en convivencia con su propia estatua

Dios nos libre de todos estos demonios

si todavía sigue siendo Dios.



3
Defensa de Violeta Parra 

Dulce vecina de la verde selva 
Huésped eterno del abril florido 
Grande enemiga de la zarzamora 
Violeta Parra.

Jardinera 
                  locera
                               costurera 
Bailarina del agua transparente 
Árbol lleno de pájaros cantores 
Violeta Parra.

Has recorrido toda la comarca 
Desenterrando cántaros de greda 
Y liberando pájaros cautivos 
Entre las ramas.

Preocupada siempre de los otros 
Cuando no del sobrino 
                                         de la tía
Cuándo vas a acordarte de ti misma 
Viola piadosa.

Tu dolor es un círculo infinito 
Que no comienza ni termina nunca 
Pero tú te sobrepones a todo 
Viola admirable.

Cuando se trata de bailar la cueca 
De tu guitarra no se libra nadie 
Hasta los muertos salen a bailar
Cueca valseada.

Cueca de la Batalla de Maipú
Cueca del Hundimiento del Angamos 
Cueca del Terremoto de Chillán 
Todas las cosas.

Ni bandurria
                        ni tenca
                                       ni zorzal
Ni codorniza libre ni cautiva 

solamente tú
                        tres veces tú 
                                           Ave del paraíso terrenal.

Charagüilla gaviota de agua dulce 
Todos los adjetivos se hacen pocos 
Todos los sustantivos se hacen pocos 
Para nombrarte.

Poesía 
             pintura 
                           agricultura
Todo lo haces a las mil maravillas 
Sin el menor esfuerzo 
Como quien se bebe una copa de vino.

Pero los secretarios no te quieren 
Y te cierran la puerta de tu casa 
Y te declaran la guerra a muerte 
Viola doliente.

Porque tú no te vistes de payaso
Porque tú no te compras ni te vendes 
Porque hablas la lengua de la tierra 
Viola chilensis.

¡Porque tú los aclaras en el acto!

Cómo van a quererte
                                        me pregunto 
Cuando son unos tristes funcionarios 
Grises como las piedras del desierto 
¿No te parece?

En cambio tú 
                         Violeta de los Andes 
Flor de la cordillera de la costa 
Eres un manantial inagotable 
De vida humana.

Tu corazón se abre cuando quiere 
Tu voluntad se cierra cuando quiere 
Y tu salud navega cuando quiere 
Aguas arriba!

Basta que tú los llames por sus nombres 
Para que los colores y las formas
Se levanten y anden como Lázaro 
En cuerpo y alma.

¡Nadie puede quejarse cuando tú 
Cantas a media voz o cuando gritas 
Como si te estuvieran degollando 
Viola volcánica!

Lo que tiene que hacer el auditor 
Es guardar un silencio religioso 
Porque tu canto sabe adónde va 
Perfectamente.

Rayos son los que salen de tu voz 
Hacia los cuatro puntos cardinales 
Vendimiadora ardiente de ojos negros 
Violeta Parra.

Se te acusa de esto y de lo otro 
Yo te conozco y digo quién eres 
¡Oh corderillo disfrazado de lobo! 
Violeta Parra.

Yo te conozco bien
                                     hermana vieja 
Norte y sur del país atormentado 
Valparaíso hundido para arriba 
¡Isla de Pascua!

Sacristana cuyaca de Andacollo 
Tejedora a palillo y a bolillo 
Arregladora vieja de angelitos 
Violeta Parra.
Los veteranos del Setenta y nueve 
Lloran cuando te oyen sollozar
En el abismo de la noche oscura 
¡Lámpara a sangre! 

Cocinera 
                   niñera
                                lavandera 
Niña de mano 
                         todos los oficios 
Todos los arreboles del crepúsculo 
Viola funebris.

Yo no sé qué decir en esta hora 
La cabeza me da vueltas y vueltas 
Como si hubiera bebido cicuta 
Hermana mía.

Dónde voy a encontrar otra Violeta 
Aunque recorra campos y ciudades 
O me quede sentado en el jardín 
Como un inválido.

Para verte mejor cierro los ojos 
Y retrocedo a los días felices 
¿Sabes lo que estoy viendo? 
Tu delantal estampado de maqui.

Tu delantal estampado de maqui 
¡Río Cautín!
                     ¡Lautaro! 
                                      ¡Villa Alegre! 
¡Año mil novecientos veintisiete 
Violeta Parra! 
Pero yo no confío en las palabras 
¿Por qué no te levantas de la tumba 
A cantar 
                  a bailar 
                                a navegar 
En tu guitarra? 

Cántame una canción inolvidable 
Una canción que no termine nunca 
Una canción no más 
                                     una canción 
Es lo que pido.

Qué te cuesta mujer árbol florido 
Álzate en cuerpo y alma del sepulcro 
Y haz estallar las piedras con tu voz 
Violeta Parra 

Esto es lo que quería decirte 
Continúa tejiendo tus alambres 
Tus ponchos araucanos 
Tus cantaritos de Quinchamalí 
Continúa puliendo noche y día 
Tus toromiros de madera sagrada 
Sin aflicción 
                        sin lágrimas inútiles 
O si quieres con lágrimas ardientes 
Y recuerda que eres 
Un corderillo disfrazado de lobo.


4
 Manifiesto

Señoras y señores
Esta es nuestra última palabra. 
-Nuestra primera y última palabra-
Los poetas bajaron del Olimpo. 

Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad: 
No podemos vivir sin poesía. 

A diferencia de nuestros mayores
-Y esto lo digo con todo respeto-
Nosotros sostenemos
Que el poeta no es un alquimista
El poeta es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro: 
Un constructor de puertas y ventanas. 

Nosotros conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos. 

Además una cosa: 
El poeta está ahí
Para que el árbol no crezca torcido. 

Este es nuestro lenguaje. 
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de Biblioteca. 

Todo estos señores
-Y esto lo digo con mucho respeto-
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Redactando sonetos a la luna
Por agrupar palabras al azar
A la última moda de París. 
Para nosotros no: 
El pensamiento no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón. 

Nosotros repudiamos
La poesía de gafas obscuras
La poesía de capa y espada
La poesía de sombrero alón. 
Propiciamos en cambio
La poesía a ojo desnudo
La poesía a pecho descubierto
La poesía a cabeza desnuda. 

No creemos en ninfas ni tritones. 
La poesía tiene que ser esto: 
Una muchacha rodeada de espigas
O no ser absolutamente nada. 

Ahora bien, en el plano político
Ellos, nuestros abuelos inmediatos, 
¡Nuestros buenos abuelos inmediatos! 
Se refractaron y dispersaron
Al pasar por el prisma de cristal. 
Unos pocos se hicieron comunistas. 
Yo no sé si lo fueron realmente. 
Supongamos que fueron comunistas, 
Lo que sé es una cosa: 
Que no fueron poetas populares, 
Fueron unos reverendos poetas burgueses. 

Hay que decir las cosas como son: 
Sólo uno que otro
Supo llegar al corazón del pueblo. 
Cada vez que pudieron
Se declararon de palabra y de hecho
Contra la poesía dirigida
Contra la poesía del presente
Contra la poesía proletaria. 

Aceptemos que fueron comunistas
Pero la poesía fue un desastre
Surrealismo de segunda mano
Decadentismo de tercera mano, 
Tablas viejas devueltas por el mar. 
Poesía adjetiva
Poesía nasal y gutural
Poesía arbitraria
Poesía copiada de los libros
Poesía basada
En la revolución de la palabra
En circunstancias de que debe fundarse
En la revolución de las ideas. 
Poesía de círculo vicioso
Para media docena de elegidos: 
"Libertad absoluta de expresión". 

Hoy nos hacemos cruces preguntando
Para qué escribirían esas cosas
¿Para asustar al pequeño burgués? 
¡Tiempo perdido miserablemente! 
El pequeño burgués no reacciona
Sino cuando se trata del estómago. 

¡Qué lo van a asustar con poesías! 

La situación es ésta: 
Mientras ellos estaban
Por una poesía del crepúsculo
Por una poesía de la noche
Nosotros propugnamos
La poesía del amanecer. 
Este es nuestro mensaje, 
Los resplandores de la poesía
Deben llegar a todos por igual
La poesía alcanza para todos. 

Nada más, compañeros
Nosotros condenamos
-Y esto sí que lo digo con respeto-
La poesía de pequeño dios
La poesía de vaca sagrada
La poesía de toro furioso. 

Contra la poesía de las nubes
Nosotros oponemos
La poesía de la tierra firma
-Cabeza fría, corazón caliente
Somos tierrafirmistas decididos-
Contra la poesía de café
La poesía de la naturaleza
Contra la poesía de salón
La poesía de la plaza pública
La poesía de protesta social. 

Los poetas bajaron del Olimpo.



5
Soliloquio del individuo

Yo soy el Individuo.
Primero viví en una roca
(allí grabé algunas figuras).
Luego busqué un lugar más apropiado.
Yo soy el Individuo.
Primero tuve que procurarme alimentos,
buscar peces, pájaros, buscar leña
(ya me preocuparía de los demás asuntos).
Hacer una fogata,
leña, leña, dónde encontrar un poco de leña,
algo de leña para hacer una fogata,
yo soy el Individuo.
Al mismo tiempo me pregunté,
fui a un abismo lleno de aire;
me respondió una voz:
yo soy el Individuo.
Después traté de cambiarme a otra roca,
allí también grabé figuras,
grabé un río, búfalos,
grabé una serpiente,
yo soy el Individuo.
Pero no. Me aburrí de las cosas que hacía,
el fuego me molestaba,
quería ver más,
yo soy el Individuo.
Bajé a un valle regado por un río,
allí encontré lo que necesitaba,
encontré un pueblo salvaje,
una tribu,
yo soy el Individuo.
Vi que allí se hacían algunas cosas,
figuras grababan en las rocas,
hacían fuego, ¡también hacían fuego!,
yo soy el Individuo.
Me preguntaron que de dónde venía.
Contesté que sí, que no tenía planes determinados,
contesté que no, que de ahí en adelante.
Bien.
Tomé entonces un trozo de piedra que encontré en un río
y empecé a trabajar con ella,
empecé a pulirla,
de ella hice una parte de mi propia vida.
Pero esto es demasiado largo.
Corté unos árboles para navegar,
buscaba peces,
buscaba diferentes cosas
(yo soy el Individuo).
Hasta que me empecé a aburrir nuevamente.
Las tempestades aburren,
los truenos, los relámpagos,
yo soy el Individuo.
Bien. Me puse a pensar un poco,
preguntas estúpidas se me venían a la cabeza,
falsos problemas.
Entonces empecé a vagar por unos bosques.
Llegué a un árbol y a otro árbol,
llegué a una fuente,
a una fosa en que se veían algunas ratas:
aquí vengo yo, dije entonces,
¿habéis visto por aquí una tribu,
un pueblo salvaje que hace fuego?
De este modo me desplacé hacia el oeste
acompañado por otros seres,
o más bien solo.
Para ver hay que creer, me decían,
yo soy el Individuo.
Formas veía en la obscuridad,
nubes tal vez,
tal vez veía nubes, veía relámpagos;
a todo esto habían pasado ya varios días,
yo me sentía morir;
inventé unas máquinas,
construí relojes,
armas, vehículos,
yo soy el Individuo.
Apenas tenía tiempo para enterrar a mis muertos,
apenas tenía tiempo para sembrar,
yo soy el Individuo.
Años más tarde concebí unas cosas,
unas formas,
crucé las fronteras
y permanecí fijo en una especie de nicho,
en una barca que navegó cuarenta días,
cuarenta noches,
yo soy el Individuo.
Luego vinieron unas sequías,
vinieron unas guerras,
tipos de color entraron al valle,
pero yo debía seguir adelante,
debía producir.
Produje ciencia, verdades inmutables,
produje tanagras,
di a luz libros de miles de páginas,
se me hinchó la cara,
construí un fonógrafo,
la máquina de coser,
empezaron a aparecer los primeros automóviles,
yo soy el Individuo.
Alguien segregaba planetas,
¡árboles segregaba!,
pero yo segregaba herramientas,
muebles, útiles de escritorio,
yo soy el Individuo.
Se construyeron también ciudades,
rutas,
instituciones religiosas pasaron de moda,
buscaban dicha, buscaban felicidad,
yo soy el Individuo.
Después me dediqué mejor a viajar,
a practicar, a practicar idiomas,
idiomas,
yo soy el Individuo.
Miré por una cerradura,
sí, miré, qué digo, miré,
para salir de la duda miré,
detrás de unas cortinas,
yo soy el Individuo.
Bien.
Mejor es tal vez que vuelva a ese valle,
a esa roca que me sirvió de hogar,
y empiece a grabar de nuevo,
de atrás para adelante grabar
el mundo al revés.
Pero no: la vida no tiene sentido.







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