jueves, 31 de octubre de 2013

5 poemas de Reinaldo Arenas























1

Introducción del símbolo de la fe  

Sé que mas allá de la muerte
está la muerte,
se que más acá de la vida
está la estafa.
Se que no existe el consuelo
que no existe
la anhelada tierra de mis sueños
ni la desgarrada visión de nuestros héroes.
Pero
te seguimos buscando, patria,
en las traiciones del recién llegado
y en las mentiras del primer cronista.
Se que no existe el refugio del abrazo
y que Dios es un estruendo de hojalata.
Pero
te seguimos buscando, patria,
en las amenazas del nuevo impostor
y en las palmas que revientan buldoceadas.
Se que no existe la visión
del que siempre parece entre las llamas
que no existe la tierra presentida.
Pero
te seguimos buscando, tierra,
en el roer incesante de las aguas,
en el reventar de mangos y mameyes,
en el tecleteo de las estaciones
y en la confusión de todos los gritos.
Se que no existe la zona del descanso
que faltan alimentos para el sueno,
que no hay puertas en medio del espanto
Pero
te seguimos, buscando, puerta,
en las costas usurpadas de metralla,
en la caligrafía de los delincuentes,
en el insustancial delirio de una conga.
Se
que hay un enorme torrente de ofensas aun guardadas
y arsenales de armas estratégicas,
que hay palabras malditas, que hay presiones
y que en ningún sitio está el árbol que no existe.
Pero
te seguimos buscando, árbol,
en las madrugadas de cola para el pan
y en las noches de colas para el sueno.
Te seguimos buscando, sueno,
en las contradicciones de la historia
en los silbidos de las perseguidoras
y en las paredes atestadas de blasfemias.
Se
que no hallaremos tiempo
que no hay tiempo ya para gritar,
que nos falta la memoria,
que olvidamos el poema, que, aturdidos,
acudimos a la última llamada
(El agua, la cola del cigarro).
Pero
te seguimos buscando, tiempo,
en nuestro obligatorio concurrir a mítines,
funerales y triunfos oficiales,
y en las interminables jornadas en el campo.
Te seguimos buscando, palabra,
por sobre las charlas de las cacatúas
y el que vendió su voz por un paseo,
por sobre el cobarde que reconoce el llanto
pero tiene familias... y horas de recreo.
Te seguimos trabajando, poema,
por sobre la histeria de las multitudes
y tras la consigna de los altavoces,
mas allá del ficticio esplendor y las promesas.
Que es ridículo invocar la dicha
que no existe 'la tierra tan deseada'
que no hallaran calma nuestras furias.
Todo eso lo sé.
Pero te seguimos buscando, dicha,
en la memoria de un gran latigazo
y tras el escozor de la ultima patada.
Te seguimos buscando, tierra,
en el fatigado ademan de nuestros padres
y en el obligatorio trotar de nuestras piernas.
Te seguimos buscando, calma,
en el infinito gravitar de nuestras furias
en el sitio donde confluyen nuestros huesos
en los mosquitos que comparten nuestros cuerpos
en el acoso por sueños y aceras
en el aullido del mar
en el sabor que perdieron los helados
en el olor del galán de noche
en la idea convertida en interjecciones ahogadas
en las noches de abstinencia
en la lujuria elemental
en el hambre de ayer que hoy hambrientos condenamos
en la pasada humillación que hoy humillados denunciamos.
En la censura de ayer que hoy amordazados señalamos
en el día que estalla
en los épicos suicidios
en el timo colectivo
en el chantaje internacional
en el pueril aplauso de las multitudes
en el reventar de cuerpos contra el muro
en las mañanas ametralladas
en la perenne infamia
en el impublicable ademan de los adolescentes
en nuestra voracidad impostergable
en el insolente estruendo de la primavera
en la ausencia de dios
en la soledad perpetua
y en el desesperado rodar hacia la muerte
Te seguimos buscando
te seguimos
te seguimos. 
Central 'Manuel Sanguily'
Consolación del Norte, Pinar del Rio.

Mayo de 1970.

2

De modo que Cervantes era manco 

De modo que Cervantes era manco 
sordo, Beethoven Villon, ladrón 
Góngora de tan loco andaba en zanco.
¿Y Proust? Desde luego, maricón. Negrero, si, fue Don Nicolás Tanco,
y Virginia se suprimió de un zambullón,
Lautremont murió aterido en algún banco.
Ay de mi, también Shakespeare era maricón. También Leonardo y Federico García,
Whitman, Miguel Ángel y Petronio,
Gide, Genet y Visconti, las fatales. Esta es, señores, la breve biografía
( ¡vaya, olvide mencionar a san Antonio!)
de quienes son del arte sólidos puntuales. 
(La Habana, 1971)

3

Sonetos desde el infierno

Todo lo que pudo ser, aunque haya sido,
jamás ha sido como fue sonado.
El dios de la miseria se ha encargado
de darle a la realidad otro sentido.
Otro sentido, nunca presentido,
cubre hasta el deseo realizado 
de modo que el placer aun disfrutado
jamás podrá igualar al inventado.
Cuando tu sueño se haya realizado
(difícil, muy difícil cometido)
no habrá la sensación de haber triunfado,
más bien queda en el cerebro fatigado
la oscura intuición de haber vivido
bajo perenne estafa sometido. 
(La Habana, 1972)

4

Autoepitafio

Mal poeta enamorado de la luna,
no tuvo más fortuna que el espanto 
y fue suficiente pues como no era un santo
sabía que la vida es riesgo o abstinencia,
que toda gran ambición es gran demencia
y que el más sórdido horror tiene su encanto.
Vivió para vivir que es ver la muerte
como algo cotidiano a la que apostamos
un cuerpo esplendido o toda nuestra suerte.
Supo que lo mejor es aquello que dejamos
-precisamente porque nos marchamos-.
Todo lo cotidiano resulta aborrecible,
solo hay un lugar para vivir, el imposible.
Conoció la prisión, el ostracismo,
el exilio, las múltiples ofensas
típicas de la vileza humana 
pero siempre lo escoltó cierto estoicismo
que le ayudo a caminar por cuerdas tensas
o a disfrutar del esplendor de la mañana.
Y cuando ya se bamboleaba surgía una ventana
por la cual se lanzaba al infinito.
No quiso ceremonia, discurso, duelo o grito,
ni un túmulo de arena donde reposase el esqueleto
(ni después de muerto quiso vivir quieto).
Ordeno que sus cenizas fueran lanzadas al mar
donde habrán de fluir constantemente.
No ha perdido la costumbre de soñar:
espera que en sus aguas se zambulla algún adolescente.

5

No es el muerto quien provoca el estupor


No es el muerto quien provoca el estupor
es la sorpresa de ver como olvidamos
su propia muerte, nuestro gran dolor.
Queda el muerto, nosotros nos marchamos.                                                                                               No es el muerto, no, quien se retira.
Somos nosotros que vamos discutiendo,
sobre el cadáver que mudo nos mira,
la posibilidad de seguir sobreviviendo.                                                                                                           Cuando en la memoria al muerto divisamos
(juegos del tiempo, macabro escanciador)
no es pues al muerto a quien estamos viendo:                                                                                          Somos nosotros que tétricos quedamos
al ver como miramos sin horror
al que en el gran horror se va pudriendo. 
(La Habana, 1970)

jueves, 26 de septiembre de 2013

5 Poemas de Jaime Sabines











1
Los amorosos

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.

Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.

Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.

Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre  -¡qué bueno!-  han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.

Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos. 
En la oscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor 
como una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, 
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando,
la hermosa vida.


2
Lento, amargo animal 

Lento amargo animal que soy, que he sido, 
amargo desde el nudo de polvo y agua y viento 
que en la primera generación del hombre pedía a Dios.

Amargo como esos minerales amargos 
que en las noches de exacta soledad 
—maldita y arruinada soledad 
sin uno mismo— 
trepan a la garganta 
y, costras de silencio, 
asfixian, matan, resucitan.

Amargo como esa voz amarga 
prenatal, presubstancial, que dijo 
nuestra palabra, que anduvo nuestro camino, 
que murió nuestra muerte, 
y que en todo momento descubrimos.

Amargo desde dentro, 
desde lo que no soy, 
—mi piel como mi lengua— 
desde el primer viviente, 
anuncio y profecía.

Lento desde hace siglos, 
remoto —nada hay detrás—, 
lejano, lejos, desconocido.

Lento, amargo animal 
que soy, que he sido.



3
El peatón

Se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas, alguien o algunos enterados, que Jaime Sabines es un gran poeta. O cuando menos un buen poeta. O un poeta decente, valioso. O simplemente, pero realmente, un poeta. 

Le llega la noticia a Jaime y éste se alegra: ¡qué maravilla! ¡Soy un poeta! ¡Soy un poeta importante! ¡Soy un gran poeta! 

Convencido, sale a la calle, o llega a la casa, convencido. Pero en la calle nadie, y en la casa menos: nadie se da cuenta de que es un poeta. ¿Por qué los poetas no tienen una estrella en la frente, o un resplandor visible, o un rayo que les salga de las orejas? 

¡Dios mío!, dice Jaime. Tengo que ser papá o marido, o trabajar en la fábrica como otro cualquiera, o andar, como cualquiera, de peatón. 

¡Eso es!, dice Jaime. No soy un poeta: soy un peatón. 

Y esta vez se queda echado en la cama con una alegría dulce y tranquila.



4
No es nada de tu cuerpo...

No es nada de tu cuerpo
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca  -tu boca
que es igual que tu sexo-,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -¿qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un momento.

Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.


5
No es que muera de amor, muero de ti....

No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro 
acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, 
separados del mundo, dichosa, penetrada, 
y cierto , interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos oscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte ,amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mi, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.

Te desnudas igual que si estuvieras sola...
Te desnudas igual que si estuvieras sola
y de pronto descubres que estás conmigo.
¡Cómo te quiero entonces
entre las sábanas y el frío!

Te pones a flirtearme como a un desconocido
y yo te hago la corte ceremonioso y tibio.
Pienso que soy tu esposo
y que me engañas conmigo.

¡Y como nos queremos entonces en la risa
de hallarnos solos en el amor prohibido!
(Después, cuando pasó, te tengo miedo 
y siento un escalofrío.)

 



martes, 27 de agosto de 2013

5metros de poemas de Carlos Oquendo Amat


Estos poemas inseguros como mi primer hablar dedico a mi madre
                                       abra el libro como quien pela una fruta


     

                                          a     l     d     e     a     n     i     t     a

                                                 
                                                       Aldeanita de seda
                               ataré mi corazón
                                     como una cinta a tus trenzas

                               Por que en una mañanita de carron
                               (a este bueno aventurero de emociones)
                               Le diste el vaso de agua de tu cuerpo
                               y los dos reales de tus ojos nuevos


                           
                                                   c u a r t o  d e  l o s  e s p e j o s



                              En estamedia noche 
                              con rejas de aire 
                                                      se ajitan las manos
                     Donde estará la puerta?  Dónde estará la puerta?            
                  y siempre nos damos de bruces
                  Con los espejos de la vida
                  Con los espejos de la muerte

                         ETERNA Juventud Vejez ETERNA

                   Ser siempre el mismo espejo que le damos la vuelta
                   se ajitan las manos amarillas 
                                          y se pierden las otras manos
                   y en este todo-nada de espejos
                   ser de MADERA                
                                         y sentir lo negro
                          HACHAZOS DE TIEMPO



                                                   p o e m a  d e l  m a n i c o m i o 


                    Tuve miedo
                    y me regresé de la locura

                             Tuve miedo de ser
                                                   una rueda
                                                               un color
                                                                          un paso
                                     
                                             PORQUE MIS OJOS ERAN NIÑOS

                                                  Y mi corazón 
                                                    un botón
                                                      más
                                                      de
                                            mi camisa de fuerza

                                 Pero hoy mis ojos visten pantalones largos
                                 veo a la calle que está mendiga de pasos.



                                            

                                                         r    é    c    l    a    m

                                                                          Hoy la luna está de compras
                                                             Desde un tranvia
                                                        el sol como un pasajero
                                                             lee la ciudad

                                          las esquinas
                                          adelgazan a los viandantes
                                          y el viento empuja 
                                          los coches de alquiler
 
                                        Se botan programas de la luna
                                              (se dará la tierra)
                  película sportiva pasada dos veces
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                                          de miradas internacionales
                             El policeman domestica la brisa
                             y el ruido de los clacksons ha puesto los vestidos azules
r                    Novedad
o                  Todos los poetas han salido de la tecla U. de Underwod
s
n
e
c
a

n
u                                   compró para la luna 5 metros de poemas



                                        c    o    m    p    a    ñ    e    r    a


                      Tus dedos sí que sabían peinarse como nadie lo hizo
mejor que los peluqueros expertos de los trasatlánticos
ah y tus sonrisas maravillosas sombrillas  para el calor
tu que llevas prendido un cine en la mejilla 

junto a ti mi deseo es un niño de leche

cuando tu me decías
la vida es derecha como un papel de cartas

y yo regaba la rosa de tu cabellera sobre tus hombros

por eso y por la magnolia de tu canto

que pena
la lluvia cae desigual como tu nombre



                                             p o e m a   d e l   m a r   y   de   ella 

            Tu bondad pintó el canto de los pájaros

                                y el mar venía lleno en tus palabras
                                de puro blanca se abrirá aquella estrella
                                y ya no volarán nunca las dos golondrinas de tus cejas
                                el viento mueve las velas como flores
                                yo sé que tu estás esperándome detrás de la lluvia  
                                y eres  más que tu delantal y tu libro de letras
                                eres una sorpresa perenne

                                                          DENTRO DE LA ROSA DEL DÍA




                      f  i  l  m     d  e    l  o  s                                  p  a  i  s  a  j  e  s


                                                                          un poco de olor al paisaje

las nubes                                                                      somos buenos
son el escape de gas de automóviles invisibles                                 y nos pintaremos el alma de inteligentes
                                                                                                 
                   Todas las casas son cubos de flores                              POEMA ACÉNTRICO
                                       El paisaje de limón                        En Yanquilandia el cow boy Fritz
                                       y mi amada                                  mató a la obscuridad
                                       quiere jugar al golf con él



               Tocaremos un timbre                                          Nosotros desentornillamos todo nuestro optimismo 
            París habrá cambiado a Viena                                                 
                                                                           nos llenamos la cartera de estrellas
                                                                           y hasta hay alguno que firma un cheque de cielo
                                                                         
            En el campo de Marte                
            naturalmente                                                  Esto es insoportable
            los ciclistas venden imágenes económicas                      un plumero
                                                                          para limpiar todos los paisajes
      se ha desdoblado el paisaje                                         y quién
                                                                          habrá quedado?
                                           todos somos enanos                Dios            o           nada
                                                                                                     (VÉASE EL PRÓXIMO CAPÍTULO)

                      las ciudades se habrá construido               NOTA.- Los poemas acéntricos que vagan por los espacios sub-
                      sobre la punta de los paraguas                      concientes, o exteriorizadamente inconcretos son hoy capta-
                                                                          dos por los poetas, aparatos análogos al rayo x, en el fu-
                      (Y la vida nos parece mejor                         turo, los registrarán.
                        por que está más alta)



                                            j    a    r    d    i    n 

            Los árboles cambian
                                                     el color de los vestidos


                         Las rosas volarán
                         de sus ramas

                U n n i ñ o e c h a e l a g u a d e s u m i r a d a

                                                               y en un rincón


                             LA LUNA CRECERÁ COMO UNA PLANTA



                                               m                    a                      r 




Yo tenía 5 mujeres
y una sola querida

                                El Mar
                    por ejemplo haremos otro cielo

                                                  Para el marino que nos mira de una sola ceja
                                                  con su blusa como una vela en la mañana

                                                           El viento es una nave más

                                                                              Quién habrá dejado caer
                                                                              las rosas de la isla?
                      
                            ---------------------------------
                           | Se prohibe estar triste |                 
                            ---------------------------------
                                                                  Y la alegría como un niño
                                                                  juega en todas las bordas
                              
 Un contador azul
                   el año 2100 
                                El Horizonte
                      
                        El Horizonte -que hacia tanto daño-
                                 se exhibe
                                 en el hotel Cry 
                                                           Y el doctor Leclerk
                                                        oficina cosmopolita del bien
                                                        obsequia pastillas de mar



                      p                    o                       e                             m                          a 


                              Para ti
                              tengo impresa una sonrisa papel jabón

                              Mírame
                              que haces crecer la yerba de los prados
 
                              Mujer 
                              mapa de música     claro de río        fiesta de fruta

                                       En tu ventana
                             cuelgan enredaderas de los volantes de los automóviles
                             y los expendedores disminuyen el precio de sus mercancías
                         
                                  d é j a m e  q u e  b e s e  t u  v o z
                                                Tu voz
                             QUE CANTA EN TODAS LAS RAMAS DE LA MAÑANA



 
                                                            o   b   s    e    q    u   i    o
Cambiaría un tapiz antiguo
que trae 
   
            una cesta de sonrisas 
            con rosas despreocupadas
                                 y paisajes suspendidos del dedo meñique
             
                con ríos bondadosos y cielos palpables
                    
                      de tus cabellos saldrá agua dulce
                                 y habrá voces en la luna
 
                         Por sembrar un beso
                  bajo la alta palmera de una frase tuya
           bella


          j a r d i n e r a  d e  m i  b e s o



 n                            e                         w                      y                 o                r                k


                                                                                                         Para observarla
                                                                                                    HE  SA  LI  DO
                                                                                                    RE  PE  TI  DO 
    Los árboles pronto romperán sus amarras                                                         POR   25  VEN  TA-
    y son ramos de flores todos los policías                                                                     NAS
                                                                                       debajo del tapete hay barcos

 CONEY ISLAND                              WALL STREET                            No cantes española
 La lluvia es una moneda de afeitar      La brisa dobla los tallos                que saldrá George Walsh dentro la chimenea
                                         de los artistas de la Paramount        AQUI COMO EN EL PRIMERO NADA SE SABE DE NADA
                                                                                    100 piso
                             El tráfico                                                   El humo de las fábricas
                             escribe                                                                      retrasa los relojes
                             una carta de vida                                    los niños juegan al aro
                                                                                  con la luna
                                   T                                                             en las afueras
                                   I                                                                     los guarda bosques
                                   M                                                                     encantan a los ríos               
                                   E                                                              
                                                                                                 Y la mañana
Los teléfonos                      I                                                             se va como una muchacha cualquiera
son depóditos de licor             S          Diez corredores                                    en las trenzas
                                              desnudos en la Underwood                           lleva prendido un letrero
                                   M
                                   O
                                   N
                                   E
      28 piso                      Y

                     CHARLESTOWN
                     RODOLFO VALENTINO HACE CRECER EL CABELLO                   -------------------
                     NADIE PODRÁ TENER MÁS DE 30 AÑOS                                  |  SE ALQUILA   |
               (Por que habrán disminuido los hombre 25 centímetros                      | ESTA MAÑANA |
               y andarán oblicuo sobre una pared)                                                    ------------------
                        
           Mary Pickford sube por la mirada deladministrador


                         p          u           e               r                  t                   o 

                     El perfume  se volvió un árbol
                                              y vuelan los colores
                                              de los transatlánticos

                               En el muelle
                               de todos los pañuelos se hizo una flor
                               Va cantando la música lineal de un bote
                               y el calor pasta la luna
                      
                         De una taberna
                         un marinero
                         saca de las botellas cintas proyectadas de infancia
                                  
                         Él es ahora Jack Brown que persigue al cow-boy
                         y el silbido es un caballo de Arizona
                                 UN SUSPIRO DETRAS DE LA MAÑANA
                            Y para que se ría
                                   la brisa trae
                                   l o s c i n c o p é t a l o s d e u n a c a n c i ó n



                          c         o          m           e            d              o                r 

                                   
                                       Cansancio
                                Los ojos se han colgado de la percha del bastón
                                                                           La Mirada
                                                                           de un camarero
                                           Pasemos el plato de la brisa
                                    Las frutas se han vuelto pájaros
                                                         para cantar
                                             y en todos los platos estaba la luna



a          m                b                e                       e                r                e               s

                          las cúpulas cantaron toda la mañana                   En Amberes
                                                                    E l c a l o r e s c o m o u n p e n s i o n i s t a
Y la casa Nestlé
ha pavimentado la ciudad                                                  Amberes
                                                                      Es la ciudad lírica          Es la ciudad elástica
   El cielo de pie espera con su gorrita a cuadros                               
                                        espera                          Es la ciudad sin distancias
                                              l                         las calles son tirantes de goma
                                               o         
                                                s                Los niños en la primaria aprenden el problema de la ubicación
                                                 p               y así como ponerse el sombrero 
                                                  a                                          (acto mecánico)
                                                   s             basta con estirar una esquina
                                                    a            para sentirse proyectado de la escuela a l a puerta de las dulcerías
                                                     j
                                                      e
                                                       r
                                                        o s
   
                    DE AMÉRICA                       DE AMÉRICA                               Amberes
                                                                                     en un vino de amistad
Las señoritas                                                                       es el postal del mundo
       con sus faldas plegadas de noticias
       y sus ojos receptivos de celuloide                                      ahora
                      Los curiosos leen en sus ojos paisajes de América
                      y el puma que abraza a los indios con sus botas         Los navíos educados          Y hay saludos para Ámerica 
                               s u r t i d o r e s d e o r o                  regresan a sus nidos         en las fuentes de agua.
               Por supuesto de sus labios
               volará una cacatúa


                           m             a            d               r                e 


Tu nombre viene lento como las músicas humildes
y de tus manos vuelan palomas blancas

Mi recuerdo te viste siempre de blanco
como un recreo de niños que los hombre miran desde aquí distante

Un cielo muere en tus brazos y otro nace en tu ternura 

A tu lado el cariño se abre como una flor cuando pienso

Entre tí y el horizonte
mi palabra está primitiva como la lluvia o como los himnos

Porque ante ti callan las rosas y la canción


                  c                   a                   m                    p                            o 


                    El paisaje salía de tu voz
                 y las nubes dormían en la yema de tus dedos
                                       De tus ojos cintas de alegría colgaron
                                         la mañana
           Tus vestidos
encendieron las hojas de los árboles

                                     En el tren lejano iba sentada
                                        la nostalgia
            Y en el campo volteaba la cara a la ciudad.




                                     p o e m a  a l l a d o  d e l  s u e ñ o

Parque salido de un sabor admirable 
Cantos colgados expresamente de un árbol
Árboles plantados en los lagos cuyo fruto es una estrella
Lagos de tela restaurada que se abren como sombrillas
Tú estás aquí como la brisa o como un pájaro
En tu sueño pastan elefantes con ojos de flor
Y un ángel rodará los ríos como aros
Eres casi de verdad
pues para ti la lluvia es un íntimo aparato para medir el cambio
moú Abel tel ven Abel en el té
Distribuyes signos astronómicos entre tus tarjetas de visita





BIOGRAFÍA

tengo 19 años
y una mujer parecida a un canto

domingo, 4 de agosto de 2013

5 Poemas de Gioconda Belli














1

Y Dios me hizo mujer
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos, nariz y boca de mujer.
Con curvas 
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.



2

Sencillos deseos

Hoy quisiera tus dedos 
escribiéndome historias en el pelo, 
y quisiera besos en la espalda, 
acurrucos, que me dijeras 
las más grandes verdades 
o las más grandes mentiras, 
que me dijeras por ejemplo 
que soy la mujer más linda, 
que me querés mucho, 
cosas así, tan sencillas, tan repetidas, 
que me delinearas el rostro 
y me quedaras viendo a los ojos 
como si tu vida entera 
dependiera de que los míos sonrieran 
alborotando todas las gaviotas en la espuma. 
Cosas quiero como que andes mi cuerpo 
camino arbolado y oloroso, 
que seas la primera lluvia del invierno 
dejándote caer despacio 
y luego en aguacero. 
Cosas quiero, como una gran ola de ternura 
deshaciéndome un ruido de caracol, 
un cardumen de peces en la boca, 
algo de eso frágil y desnudo, 
como una flor a punto de entregarse 
a la primera luz de la mañana, 
o simplemente una semilla, un árbol, 
un poco de hierba.


3

Reglas de juego para los hombres que quieran amar a mujeres mujeres

I
El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer lo que anida en mí,
la golondrina transparente de la ternura.

II
El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
conque yo estaré al lado suyo.

III
El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.

IV
El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo,
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.

V
El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca donde descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones,
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.

VI
El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro.

VII
Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si es necesario.

VIII
El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.

IX
El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento
en una plaza llena de multitudes.
Podrá gritar -te quiero-
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.

X
El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas,
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado,
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados
como seres de distinta estatura.

XI
El amor de mi hombre
no querrá rotularme y etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.


4

Como gata boca arriba

Te quiero como gata boca arriba, 
panza arriba te quiero, 
maullando a través de tu mirada, 
de este amor-jaula 
violento, 
lleno de zarpazos 
como una noche de luna
y dos gatos enamorados 
discutiendo su amor en los tejados, 
amándose a gritos y llantos, 
a maldiciones, lagrimas y sonrisas 
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría) 

Te quiero como gata panza arriba 
y me defiendo de huir, 
de dejar esta pelea 
de callejones y noches sin hablarnos, 
este amor que me marea, 
que me llena de polen, 
de fertilidad 
y me anda en el día por la espalda 
haciéndome cosquillas. 

No me voy, no quiero irme, dejarte, 
te busco agazapada 
ronroneando, 
te busco saliendo detrás del sofá, 
brincando sobre tu cama, 
pasándote la cola por los ojos, 
te busco desperezándome en la alfombra, 
poniéndome los anteojos para leer 
libros de educación del hogar 
y no andar chiflada y saber manejar la casa, 
poner la comida, 
asear los cuartos, 
amarte sin polvo y sin desorden, 
amarte organizadamente, 
poniéndole orden a este alboroto 
de revolución y trabajo y amor 
a tiempo y destiempo, 
de noche, de madrugada, 
en el baño, 
riéndonos como gatos mansos, 
lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados 
a los pies del sofá de leer el periódico. 

Te quiero como gata agradecida, 
gorda de estar mimada, 
te quiero como gata flaca 
perseguida y llorona, 
te quiero como gata, mi amor, 
como gata, Gioconda, 
como mujer, 
te quiero.


  
5


Amo a los hombres y les canto...

Amo a los hombres
y les canto.

Amo a los jóvenes
desafiantes jinetes del aire,
pobladores de pasillos en las Universidades,
rebeldes, inconformes, planeadores de mundos diferentes.
Amo a los obreros,
esos sudorosos gigantes morenos
que salen de madrugada a construir ciudades.
Amo a los carpinteros
que reconocen a la madera como a su mujer
y saben hacerla a su modo.
Amo a los campesinos
que no tienen más tractor que su brazo
que rompen el vientre de la tierra y la poseen.
Amo, compasiva y tristemente, a los complicados
                                                         hombres de negocios
que han convertido su hombría en una sanguinaria
                                                                        máquina de sumar
y han dejado los pensamientos más profundos, los
                                                             sentimientos más nobles
por cálculos y métodos de explotación.

Amo a los poetas -bellos ángeles lanzallamas-
que inventan nuevos mundos desde la palabra
y que dan a la risa y al vino su justa y proverbial importancia.
que conocen la trascendencia de una conversación
tranquila bajo los árboles,
a esos poetas vitales que sufren las lágrimas y van
y dejan todo y mueren
para que nazcan hombres con la frente alta.
Amo a los pintores -hombres colores-
que guardan su hermosura para nuestros ojos
y a los que pintan el horror y el hambre
para que no se nos olvide.
Amo a los solitarios pensadores
los que existen más allá del amor y de la comprensión sencilla
los que se hunden en titánicas averiguaciones
y se atormentan día y noche ante lo absurdo de las respuestas.

A todos amo con un amor de mujer, de madre, de hermana,
con un amor que es más grande que yo toda,
que me supera y me envuelve como un océano
donde todo el misterio se resuelve en espuma...

Amo a las mujeres desde su piel que es la mía.
A la que se rebela y forcejea con la pluma y la voz desenvainadas,
a la que se levanta de noche a ver a su hijo que llora,
a la que llora por un niño que se ha dormido para siempre,
a la que lucha enardecida en las montañas,
a la que trabaja -mal pagada- en la ciudad,
a la que gorda y contenta canta cuando echa tortillas
en la pancita caliente del comal,
a la que camina con el peso de un ser en su vientre
enorme y fecundo.
A todas las amo y me felicito por ser de su especie.
Me felicito por estar con hombres y mujeres
aquí bajo este cielo, sobre esta tierra tropical y fértil,
ondulante y cubierta de hierba.
Me felicito por ser y por haber nacido,
por mis pulmones que me llevan y me traen el aire,
porque cuando respiro siento que el mundo todo entra en mí
y sale con algo mío,
por estos poemas que escribo y lanzo al viento
para alegría de los pájaros,
por todo lo que soy y rompe el aire a mi paso,
por las flores que se mecen en los caminos
y los pensamientos que, desenfrenados, alborotan en las cabezas,
por los llantos y las rebeliones.
Me felicito porque soy parte de una nueva época
porque he comprendido la importancia que tiene mi existencia,
la importancia que tiene tu existencia, la de todos,
la vitalidad de mi mano unida a otras manos,
de mi canto unido a otros cantos.
Porque he comprendido mi misión de ser creador,
de alfarera de mi tiempo que es el tiempo nuestro,
quiero irme a la calle y a los campos,
a las mansiones y a las chozas
a sacudir a los tibios y haraganes,
a los que reniegan de la vida y de los malos negocios,
a los que dejan de ver el sol para cuadrar balances,
a los incrédulos, a los desamparados, a los que han
                                                                     perdido la esperanza,
a los que ríen y cantan y hablan con optimismo;
quiero traerlos a todos hacia la madrugada,
traerlos a ver la vida que pasa
con una hermosura dolorosa y desafiante,
la vida que nos espera detrás de cada atardecer
-último testimonio de un día que se va para siempre,
que sale del tiempo y que nunca volverá a repetirse-.
Quiero atraer a todos hacia el abrazo de una alegría que comienza,
de un Universo que espera que rompamos sus puertas
con la energía de nuestra marcha incontenible.
Quiero llevaros a recorrer los caminos
por donde avanza -inexorable- la Historia.
Porque los amo quiero llevarlos de frente a la nueva  mañana,
mañana lavada de pesar que habremos construido  todos.

Vámonos y que nadie se quede a la zaga,
que nadie perezoso, amedrentado, tibio, habite la faz  de la tierra
para que este amor tenga la fuerza de los terremotos,
de los maremotos,
de los ciclones, de los huracanes
y todo lo que nos aprisione vuele convertido en desecho
mientras hombres y mujeres nuevos
van naciendo erguidos
luminosos
como volcanes...

Vámonos
Vámonos
Vámonoooos!!!

sábado, 3 de agosto de 2013

5 Poemas de Jorge Luis Borges
























1

Arte poética


Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche , que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor, y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

2

Ajedrez

I
En su grave rincón, los jugadores
Rigen las lentas piezas. El tablero
Los demora hasta el alba en su severo
Ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
Las formas: torre homérica, ligero
Caballo, armada reina, rey postrero,
Oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
Cuando el tiempo los haya consumido,
Ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
Cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
Reina, torre directa y peón ladino
Sobre lo negro y blanco del camino
Buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
Del jugador gobierna su destino,
No saben que un rigor adamantino
Sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(La sentencia es de Omar) de otro tablero
De negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza
De polvo y tiempo y sueño y agonías.


3

El amenazado


Es el amor. Tendré que ocultarme o huir. 
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La 
hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. 
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, 
 la vaga erudición el aprendizaje de las palabras que usó 
 el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad, 
 las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven
 amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche
 intemporal, el sabor del sueño? 
Estar contigo o no estar contigo, es la medida de mi tiempo. 
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz
del ave, ya se han oscurecido los que miran por la ventana, pero la
sombra no ha traído la paz. 
Es ya lo se, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la
espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo. 
Es el amor con sus mitologías, con su pequeñas magias inútiles. 
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. 
Ya los ejércitos que cercan, las hordas. 
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.) 
El nombre de una mujer me delata. 
Me duele una mujer en todo el cuerpo.


4

Poema de los dones


Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.

De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden

las albas a su afán. En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduos como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría.

De hambre y de sed (narra una historia griega)
muere un rey entre fuentes y jardines;
yo fatigo sin rumbo los confines
de esta alta y honda biblioteca ciega.

Enciclopedias, atlas, el Oriente
y el Occidente, siglos, dinastías,
símbolos, cosmos y cosmogonías
brindan los muros, pero inútilmente.

Lento en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.

Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
otro ya recibió en otras borrosas
tardes los muchos libros y la sombra.

Al errar por las lentas galerías
suelo sentir con vago horror sagrado
que soy el otro, el muerto, que habrá dado
los mismos pasos en los mismos días.

¿Cuál de los dos escribe este poema
de un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?

Groussac o Borges, miro este querido
mundo que se deforma y que se apaga
en una pálida ceniza vaga
que se parece al sueño y al olvido.


5

La rosa


La rosa,
la inmarcesible rosa que no canto,
la que es peso y fragancia,
la del negro jardín en la alta noche,
la de cualquier jardín y cualquier tarde,
la rosa que resurge de la tenue
ceniza por el arte de la alquimia,
la rosa de los persas y de Ariosto,
la que siempre está sola,
la que siempre es la rosa de las rosas,
la joven flor platónica,
la ardiente y ciega rosa que no canto,
la rosa inalcanzable.